Un ruido vertiginoso atraviesa el aire desde el ocaso lejano, para descubrir cómo la plaza se ha convertido en una zona de deleite histórico, con escenas construidas en torno a ella y que son las que le dan el espesor, el encanto y el atractivo de eso que, a falta de otra palabra, llamamos vida costumbrista.
Una de las mejores excusas para acercarse a este rincón de Granada es su singularidad, un sitio anclado en otros tiempos, donde los árboles salpican este lugar con su teñido de verde y que tira a menudo de mitos y leyendas, pero que tampoco olvida la parte más gris de su historia latente.
Casa-Museo de los Tiros. Juan De Dios Olalla Fernandez
"A simple vista está casa no guarda relación con el pasado nazari del Reino de Granada, ya que se trata de una construcción posterior, principalmente de estilo renacentista, pero guarda entre sus muros algunos restos nazaries.
Fue construido entre 1530 y 1540 a similitud de los palacios granainos de la época.
Recibe su nombre por los cañones que asoman entre sus almenas, y formó parte de la muralla del Los Alfareros, de ahí su aspecto del fortaleza militar.
Del edificio principal solo se conserva el torreón, en torno al cual se ha ido construyendo posteriormente destaca el artesonado policromado de la Cuadra Dorada o Salón Principal así como las puertas platerescas.
En 1921 pasó a ser propiedad del estado, desde entonces es el Museo de la Casa de los Tiros y alberga la hemeroteca biblioteca sobre temas Granainos".
Historia de La Casa de los Tiros. Juan De Dios Olalla Fernandez
"Este edificio concretamente fue construido por la familia de los Granada Venegas (Don Pedro Granada y su esposa Maria Venegas).
La casa fue comprada posteriormente por el comendador de Montiel Gil Vázquez De Rengifo, que en realidad es como se describe en los documentos. Después volvió a manos de la familia Granada Venegas, por el matrimonio de un descendiente de estos con una hija de Don Gil, al último de dicha familia el Márquez de Csmpotejar.
En 1816 Fernando VII, le reclamó la propiedad de esta casa y el Generalife, para su patrimonio exclusivo, cosa que no logró, ya que falleció antes de que el litigio finalizara. Posteriormente con la Constitución de 1837, la reclamación fue a manos de Patrimonio Nacional.
La casa estuvo adosada a la muralla de los alfareros, de la estructura originaria, solo se conserva, lo que es la fachada, zaguán, Cuadra dorada en primer piso, y la segunda planta almenada, con sus armas asomando por las ventanas.
También la sala Aljibe, es de la época de su construcción primitiva.
Después la parte más noble del edificio, se dedicó a museo, con diferentes salas decoradas, principalmente sobre Mariana Pineda".
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